Fomento de vocaciones STEM


¡HE VUELTO! Con una tesis leída, una nueva época de ama de casa (sí, ya no habrá más suelos de mármol en las entregas de Instamoda #sadface) y embarcada en el máster de preparación de profesorado de secundaria. Tengo que hablar de este cambio de rumbo más detenidamente pero hoy traigo un tema que me gusta mucho. En una asignatura nos han pedido que hagamos un pequeño análisis sobre una iniciativa de fomento de STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, es decir, ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) en el ámbito educativo. Yo he ido a lo mío y he elegido una que va dirigida a las chicas, un sector con muy poca presencia en estas disciplinas.


Creando cantera de programadoras en EE.UU.: Girls Who Code


En la promoción de carreras en STEM, un aspecto importantísimo es el de la inclusión de las mujeres en este sector. Según un informe de EE.UU. (USA DOC ESA, 2011), la presencia femenina en estos puestos de trabajo está bajando drásticamente desde los 80: en agosto de 2011 tan sólo el 24% eran mujeres (y además ganaban un 33% menos que sus compañeros varones). En nuestro propio país, las trabajadoras de ingenierías y ciencias experimentales no llegan al 30% (Sánchez de Madariaga, de la Rica y Dolado, 2011).

Cabría preguntarse las razones de esta ausencia tan notable. ¿Es que a las chicas no se les dan bien las ciencias? ¿No les gustan? ¿O hay otros motivos?

En primer lugar, hay que destacar que, pese a los estereotipos, las chicas no son peores que los chicos en ciencias. Lo demuestra este gráfico del informe PISA de 2012 en el que se muestra los resultados en ciencias de niños y niñas en diferentes países.

OECD, Informe PISA 2012. Figura recuperada de http://www.oecd.org/gender/data/pisascoresbysex.htm









Sin embargo, parece que a pesar de ello no se sienten inclinadas hacia carreras en tecnología, ciencia o matemáticas. ¿Por qué? Trabajos como el de Hill, Corbett y St. Rose (2010) intentan responder a esta cuestión, así como ofrecer recomendaciones para revertir esta tendencia.

Una de las principales razones es la fuerza de los estereotipos en nuestra cultura. ¿Alguien recuerda a algún personaje femenino en el cine o la televisión que demuestre un dominio de alguna de las áreas de STEM? Series como The Big Bang Theory, Silicon Valley o, una de las desencadenantes, Una chica explosiva, nos dan la imagen del varón blanco como el programador por excelencia. Bueno, alguna chica hay… Está la hacker asocial y cubierta de piercings de Los hombres que no amaban a las mujeres. Es más difícil que una chica tome como modelo a este tipo de personaje que interpretar que lo de la programación no es para ella.

Otro punto en contra es la falta de apoyo que reciben en este ámbito. Los chicos suelen animarse unos a otros, en cambio las chicas no suelen recibir este tipo de motivación ni siquiera por parte de sus compañeras (Grunspan, Eddy, Brownell et al., 2016). El efecto es la percepción general de las alumnas de que sus compañeros masculinos son mucho mejores que ellas.

La iniciativa estadounidense Girls Who Code, dirigida exclusivamente a chicas entre 11 y 17 años, intenta dar respuesta a los dos factores mencionados, tanto con clubs como con campamentos dedicados a la programación:

  • Consiguen presentar modelos adultos de mujeres programadoras, en forma de profesoras y mentoras, con los que se pueden identificar fácilmente. Además, promueven el contacto con empresas técnicas locales donde se fomenten contactos con otras profesionales.
  • El ambiente exclusivamente femenino evita el agravio comparativo que sufren al sentirse inferiores a compañeros varones.

A continuación, me voy a centrar en los clubs de esta iniciativa mediante un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) desde el punto de vista educativo.

Debilidades:


  • Falta de interés inicial de las pre- y adolescentes a inscribirse en un curso de programación.
  • Ya de por sí reducido número de profesionales femeninas que, además, se encuentren en disposición de ofrecerse como profesoras o mentoras.

Amenazas:


  • Que no se alcance el número suficiente de alumnas para abrir un club en una localidad.
  • Falta de profesoras y mentoras.
  • Falta de financiación o espacios disponibles en la localidad.

Fortalezas:


  • Fuerte uso del aprendizaje basado en proyectos, que promueve la motivación, la independencia de las alumnas y el trabajo en equipo.
  • Ambiente predispuesto al apoyo y la motivación entre chicas.
  • Disponibilidad de modelos conocidos y alcanzables con los que poder identificarse.
  • Conexión con la comunidad técnica local.

Oportunidades:


  • Que las jóvenes que participan crezcan en confianza en sí mismas y en su capacidad para desarrollarse como programadoras.
  • Fomento del apoyo entre chicas.
  • Transferencia de conocimientos y habilidades a un sector de la población que culturalmente no se acerca a ellos.

Como conclusión, creo que la iniciativa puede resultar muy positiva para las adolescentes que entran en el programa. Desarrollarán sus habilidades para la programación en un ambiente en el que se minimizarán los mensajes negativos acerca de sus capacidades y donde podrán contar con modelos cercanos de mujeres programadoras. Esto mejorará tanto sus conocimientos y habilidades de programación, como su confianza en sí mismas y en poder realizar una carrera profesional en este ámbito. Sin embargo, una de las principales debilidades encontradas es que para llegar a participar en uno de estos clubs es necesario un interés inicial por las jóvenes (o una imposición por parte de los padres). Por tanto, no se realiza un verdadero fomento de STEM, sino que se afianza esta vocación en chicas que ya estaban interesadas en ella.

Referencias:

Grunspan, D. Z., Eddy, S. L., Brownell, S. E., Wiggins, B. L., Crowe, A. J. y Goodreau, S. M. (2016). Males Under-Estimate Academic Performance of Their Female Peers in Undergraduate Biology Classrooms. PLoS ONE 11(2). DOI: 10.1371/journal.pone.0148405

Hill, C., Corbett, C. y St. Rose, A. (2010). Why So Few? Women in Science, Technology, Engineering, and Mathematics. American Association of University Women. Recuperado de http://eric.ed.gov/?id=ED509653

Sánchez de Madariaga, I., de la Rica, Sara y Dolado, J.J. (2011). Libro blanco. Situación de las Mujeres en la Ciencia Española. Gobierno de España, Ministerio de Ciencia e Innovación. Recuperado de http://www.idi.mineco.gob.es/stfls/MICINN/Ministerio/FICHEROS/UMYC/LibroBlanco_Interactivo.pdf

U.S. Department of Commerce, Economics and Statistics Administration (2011). Women in STEM: A Gender Gap to Innovation.


¿Qué te parece este tipo de iniciativas? ¿Conoces alguna que te haya llamado la atención y quieras compartir? ¡Me encantaría conocer otras!