¿Vegano? ¿Y cuándo llega el inviegno?

He podido comprobar que cuando publico en Instagram fotos de lo que como, recibo comentarios y cada cual interviene diciendo qué le gusta comer y qué se le puede poner a lo que yo estoy comiendo. Y creo que es normal que la comida suscite tanto interés porque, a fin de cuentas, todos comemos y además varias veces al día.

El tema de qué cocinar es algo a lo que le llevamos dando vueltas desde que nos vimos en la situación de tener una cocina. Durante largas temporadas hemos tirado de mucho tupper de las mamis, que siempre se acuerdan de echar un poco más en su olla por si te quieres llevar un poco <3 Pero al final acabamos renunciando a ellos porque queremos ser un poco más intencionales con lo que comemos, nos interesa llevar cierto tipo de dieta, en lugar de comer de lo que decidieron cocinar otras personas en un contexto diferente.

Con el nacimiento del bebé empezamos nueva temporada de tuppers (que he agradecido INFINITO), pero desde poco antes de cumplir un año nos hemos sentido listos para una nueva etapa de agarrar las ollas por los mangos y elegir nuestra comida.

Buscando información

La causante de todo ha sido baby M, porque leyendo un libro sobre lactancia materna me enteré de que la base de la alimentación son los cereales y las legumbres. Y leyendo otro libro sobre bebés di con la Boticaria García, que además de farmacéutica es nutricionista y vive en una cruzada por hacer que la gente coma más sano. A raíz de seguirla, he descubierto a otros dos divulgadores que me han llamado la atención: Aitor Sánchez y Lucía Martínez Argüelles. Aitor es el autor de "Mi dieta cojea", aunque yo estoy leyendo directamente el siguiente: "Mi dieta ya no cojea". El siguiente en la lista es el de Lucía, "Vegetarianos con ciencia", porque eliminar, o al menos reducir mucho, la cantidad de carne que comemos nos parece interesante.

¿Por qué vegetarianismo?

Desde que hemos soltado la bomba, nuestros familiares no hacen más que preguntarse por qué. Venimos de familias en las que en cada comida había que poner al menos un filete, así que es normal que no se entienda cómo vas a hacer una comida entera en la que no haya nada de carne. Hay varias razones:
  • ecología: la ganadería intensiva de vacuno es una de las industrias que más contaminan. Le sigue la del cordero.
  • salud: hay consenso en que la carne roja es poco saludable y en que las grasas animales son las de peor calidad. Incluso hay estudios que apuntan a que comemos una cantidad excesiva de proteínas de origen animal.
  • conciencia: no puedo dejar de acordarme del vídeo en el que les dicen a unos niños que, si quieren pollo en el sándwich, que lo maten ellos mismos. Yo no sería capaz. Y después de tener a mi lechoncito, renuncio a probar ternera, cordero y cochinillo.
  • economía: no lo hacemos por este motivo pero es verdad que al no comprar carne ni pescado sale mejor de precio la compra semanal.

Ya hemos hecho algunos cambios... Y NOS HAN GUSTADO.

En una entrevista MUY interesante con Cristina Mitre, Lucía Martínez decía que para mejorar la dieta es importante centrarse primero en hacer un cambio pequeño pero que tenga gran impacto. Para mí, era el desayuno. Llevo posiblemente décadas desayunando Chocos con leche todos los días de lunes a viernes. Me gusta calentar el bol en el microondas una vez que están los Chocos mojados en la leche, de modo que se quedan blandengues, en plan gachas. Así que pensé que lo más fácil era cambiar este bol por uno de gachas de avena, que son mucho más saludables. La preparación no puede ser más sencilla:
  1. Pongo en un bol el doble de volumen de leche que de copos de avena (en mi caso, 150ml de copos y 300ml de leche).
  2. Lo caliento 3 minutos en el microondas, de modo que la avena se "cocina" con la leche, la absorbe y se queda hecha una masa bastante densa. Me gusta un poco más líquida, así que añado otros 100ml de leche después de unos minutos más.
  3. Añado fruta troceada. Con plátano está riquísimo, y además si se calienta se derrite un poquito y le da un puntito cremoso. Otra fruta que suelo añadir es manzana, fresa o frutos rojos (estos últimos menos, porque como no son de producción local los compro sólo de forma ocasional).
  4. Pico un par de nueces y se las echo también. Las nueces son fuente de omega 3, que de otra forma tendría que obtener del pescado azul.
  5. A veces, añado un toque de cacao o de canela (por ejemplo, la manzana fuji con canela está de muerte).
Gachas de avena con fresas y nueces

Y para ti, ¿cuál sería ese pequeño cambio que podría causar un gran impacto en tu salud?

Mi camino de Diógenes al minimalismo

Ya empecé mal cuando, al dejar la casa de mis padres, me llevé un montón de cosas de más y aun así les dejé el doble de efectos personales inservibles. Y es que siempre le he dado mucho valor emocional a los objetos. ¿Sabes eso de guardar la entrada del cine de aquella vez tan especial que fuiste con el chico que te gustaba? Pues así pero con todas las entradas, billetes de transporte público, envoltorios de caramelos, etc. y, cómo no, objetos más sustanciales como todos los juguetes que has tenido alguna vez, todos los apuntes de cuando estudiabas, todos los regalos que has recibido, todas las cosillas que conservas de tus anteriores parejas, y así. Lo estoy escribiendo y me está dando vergüenza reconocer lo mal que estoy.

O quizá sea mejor decir "estaba". Sí amigos, estoy en proceso de conversión en una persona mejor y menos enferma. No hay nada que dos mudanzas seguidas (a pisos cada vez más pequeños) no curen.

No me ha quedado más remedio que deshacerme de infinidad de cosas porque, al final, eran ellas o yo: no cabíamos todos. Resulta que, en estas condiciones, es más fácil reconocer como basura aquello que lo es. Y a lo que no es basura pero ya no uso se le puede dar otro destino. Esto último es un pensamiento que me motiva mucho, porque me parece un crimen llenar el medio ambiente de objetos que puede usar otra persona, y porque le quita peso a la despedida emocional: mi X va a estar mejor con alguien que lo use.

El otro destino en realidad pueden ser tres destinos distintos:

  • Textiles inutilizables (como prendas viejas o ropa interior usada): al programa de recogida de ropa de H&M. Recogen y reciclan textiles para darles nueva vida. Yo misma tengo un pañuelo suyo de poliéster reciclado. En los últimos años se han unido otras marcas, pero H&M te da un vale de 5€ para gastar en tienda por cada bolsa que les lleves, y yo compro mucho en H&M.
  • Prendas, libros y objetos en muy buen estado: he procurado vender todos los que he podido. He usado Wallapop, Facebook Marketplace, Chicfy y La casa del Libro. También lo intenté con Vinted y Fnac pero no conseguí hacer ni una sola venta ahí. En Chicfy sólo se puede vender ropa y calzado, y he podido comprobar que el tipo de público es muy diferente al de Wallapop. En este último hay un ambiente de mercadillo, donde puedes subir fotos cutres y la gente regatea. En Chicfy tienes que poner una foto mínimamente decente o te comes los mocos. Vendí muy pocos artículos y eso que el precio muchas veces era el más bajo que me permitía la aplicación. En total llevo recaudados 527€ en ventas. Todavía sigo vendiendo algunas cosas en Wallapop, pero hace poco cerré la cuenta de Chicfy y toda la moda que todavía no había vendido pasó al siguiente punto.
  • Todo lo demás: donaciones. Los libros han ido a la biblioteca municipal. La ropa, el calzado y los juguetes, a una asociación benéfica o al programa de recogida de ropa de Zara. Lo que no correspondía a estas categorías, se quedaba junto al contenedor por si alguien que pasaba lo quería recoger.
Revisando los datos de ventas me sorprendo de la cantidad que he conseguido a base de ventas que muchas veces no llegaban ni a los 5€. Eso también me da una idea de la cantidad de tiempo que he tenido que invertir en conversaciones estúpidas y paseos. Luego con ese dinero se pueden hacer muchas cosas. Por ejemplo, puede ser un buen aliciente para no llenar tu casa hasta los topes si quieres seguir comprando más de lo mismo. Se puede reinvertir en otro tipo de gasto que tiene más sentido para ti en el momento actual (por ejemplo, vendo la videoconsola y compro una cuna). Yo lo que he hecho es meterlo en la hucha para las donaciones a ONGs. Cuando empecé con esto me lo propuse como un objetivo de Cuaresma y lo he mantenido así porque me gustó el concepto: yo me curo de mi Diógenes y otros reciben aquello que necesitan. Hasta ahora he donado 510€ del dinero recaudado con las ventas, por lo que todavía me quedan 17 euretes para las campañas navideñas.

Todavía estoy lejos de decir que soy minimalista, pero cada vez estoy más cerca y, aunque no sea realmente el objetivo, he de decir que sienta muuuuuy bien liberarse de tanta carga.

Viaje a Ámsterdam

Hemos pasado unos días en Ámsterdam los cuatro: marido, hija de 12 años, hija de 10 meses y yo.

A los dos adultos nos gusta visitar los sitios de vacaciones a saco: ver todo lo que hay que ver, comer lo que se come ahí, patear las calles y empaparnos de museos. Sin embargo, esta vez íbamos sin muchas expectativas, porque con la de 12 más o menos se puede llegar a un compromiso, pero con el bebé era todo nuevo y no sabíamos qué iba a ser de nosotros.

Nos hicimos con un onbuhimo para portear fácilmente en cualquier situación, y nos regalaron un abrigo especial para porteo, y la verdad es que fue todo un acierto. Yo acabé fatal de un hombro porque mi espalda está hecha una pena, y M acabó hartita de estar colgada, pero por lo demás todo fueron ventajas. Ir con el carrito por todas partes habría sido un engorro, especialmente por esas escaleras empinadas que usan allí. El onbu se coloca en un momentito, sin arrastrar colas por el suelo ni nada. Y además cargas el peso en los dos hombros. Quizá si M ya supiera caminar hubiera sido otra cosa, porque la habríamos dejado en el suelo de vez en cuando, pero dado que sólo gatea, había pocos sitios donde la podíamos dejar a su aire.

Hay que reconocer que las dos niñas se portaron y pudimos hacer un montón de cosas. Por las tardes, a eso de las 19:00, ya estábamos de vuelta en el hotel y cenábamos con provisiones que compramos en un super el primer día de estar allí. Algún día también hicimos descanso en el hotel a la hora de comer. Por cierto, nos alojábamos en el Hotel Alp, que tiene una ubicación muy buena y un personal muy muy atento.

Llevábamos una larga lista de cosas que queríamos hacer si se podía, y cubrimos bastantes:

Tour gratis de Sandemans

En realidad no es gratis, sino que tú decides lo que pagas al final de la visita. Lo hemos hecho en otras ciudades y siempre ha sido excelente. Nos aseguramos de hacerlo el primer día para tener una panorámica mental de la ciudad y aprovechar mejor el resto del viaje. En esto tuvimos mala suerte porque el guía que nos tocó no cumplió nuestras expectativas...

Paseo en barco por los canales

La idea era hacerlo también cuanto antes por dos razones: por la misma que el tour gratis, y porque la previsión de lluvia era menor los primeros días. Sin embargo, lo fuimos postergando porque resulta que en estas fechas es el Light Festival y había cruceros al caer la noche para ver las luces. Si el crucero normal no lo regalan, este cuesta el doble o más, pero por otro lado era tentador... Cuando por fin nos decidimos por el normal a la luz del día, habíamos visto ya tanto la ciudad que no parecía tener sentido pagar los tres billetes por volver a verlo todo desde más abajo. Así que al final no lo hicimos, una desilusión :/

Mercadillos navideños

No hay :( Bueno, hay uno en un pueblo, pero ya está. Coincidió que Sinterklaas repartía los regalos un día de los que estábamos allí, pero tampoco vimos que hubiera nada especial en el ambiente o en las calles.

Museo de Van Gogh

Que no el museo de la oreja de Van Gogh, como D lo llamaba al principio. No teníamos entradas ya compradas porque en esta época del año no es necesario. A mí no me gusta Van Gogh especialmente y no era un museo tan divertido para niños como otros, por lo que al final lo descartamos.

Museo de ciencias NEMO

Este sí que está orientado especialmente a los niños, y los mayores también lo disfrutamos mucho. Además de la exposición normal, pudimos ver una demostración y D y yo echamos un rato en un taller de engranajes.

Museo de los canales (Het Grachtenhuis)

Que no os engañe su nombre: no trata de los canales. Quizá peque de ingeniera, pero esperaba que me contaran cómo habían conseguido plantar una ciudad en un lodazal. En realidad, de lo que más te hablan es de la casa en la que se encuentra. Eso sí, muy bonito y audiovisual todo, a D le encantó.

Casa de Ana Frank

Como hay que comprar las entradas con antelación, esto era innegociable. Íbamos a leer también el diario pero al final yo no lo hice. Raúl dice que eso que he ganado. La visita nos gustó mucho porque te plantea la evolución de la situación familiar como la de todo el pueblo judío de la ciudad y sin ser especialmente cruda, de modo que se puede ir perfectamente con niños.

Museo marítimo nacional (Scheepvaartmuseum)

Aquí nos entró la sensación de ser el Banco de España y ya no nos la pudimos sacudir, porque las entradas para cualquier cosa son bastante caras, cada vez que íbamos a algo eran 2 adultos + 1 niño, y aquí entramos exclusivamente para ver un barco, que además era una réplica. Aun así, creo que valió la pena porque estaba muy bien montado y resultó muy curioso.

Biblioteca central (OBA)

Desde aquí se puede ver la mejor panorámica de Ámsterdam. O eso dicen, porque nosotros fuimos cuando ya estaba oscuro. Echamos un rato largo en la sección infantil, donde las niñas se lo pasaron muy bien.

Molinos y ovejas en Amsterdam-Noord

Yo pensaba que con coger un tranvía valía y luego resultó que había que contratar una excursión (que nos sobran los billetes, oiga). Así que al final decidimos que no íbamos. Y luego, cosas del azar, nos perdimos un poco cogiendo un tranvía que no era y acabamos a los pies de uno. ¡Qué suerte!


Otros puntos de interés

Pasamos por el mercado de las flores, la plaza de Rembrandt, la plaza Dam, la Curva de Oro, muchos puentes y muchas callejuelas que al final siempre iban a dar al mismo sitio. Menos mal que compramos billetes para 4 días de transporte urbano.

Me da un poco de pena que por la falta de planificación (forzosa) no hayamos podido aprovechar mejor el tiempo y los recursos, pero es una ciudad muy bonita que me ha encantado visitar, con niñas y todo.

Espera, espera... ¿en qué año dices que estamos?

Dejé de escribir aquí porque estaban pasando muchas cosas y no tenía tiempo ni fuerzas.

Ahora tengo más tiempo y fuerzas, así que voy a intentar retomar esto poco a poco. Lo primero es ponerse al día, así que aquí voy.

En febrero de 2017 nos llamó el señor casero y nos dijo que necesitaba su piso y que nos teníamos que ir. Lo que habíamos hablado antes de firmar el contrato era que íbamos a estar aquí una temporada larga, pero sólo habían pasado dos años. No estaba preparada psicológicamente ni me quería ir. Nos habíamos pegado una buena paliza (y gastado un dinero) los últimos meses pintando paredes, arreglando la cocina, poniendo bonita la casa, y justo cuando empezaba a tomar calor de hogar...

La búsqueda de piso fue también muy desesperante. El mercado de alquiler estaba en un punto muy loco: los pisos volaban y los precios eran desorbitados. Al final encontramos uno que, sin cumplir todos nuestros requisitos, se acercaba bastante, y aquí estamos, haciendo calor de hogar otra vez.

En esa época estaba yo terminando un máster y trabajando en un sitio que aunque me encantaba me hacía estar en tensión constante. Añádele organizar una celebración familiar (la peque hacía su primera comunión), nervios por una operación del abuelo al acecho, el fin de curso... y que llevábamos mucho tiempo buscando un bebé sin conseguirlo.

Pues precisamente en ese meollo de buen rollo ¡me quedé embarazada! Y ahora tenemos una bolita de sonrisas que nos ha cambiado la vida a mejor en muchos aspectos. Pero de esto hablaré otro día...

Pienso en 2017 y se me viene a la cabeza lo que me alegré de que acabara. Sin embargo, debo reconocer que a pesar de todo el estrés, las decepciones y la dificultad, nos trajo momentos felices.


Guía rápida para preparar un viaje a Islandia

El verano pasado fuimos los tres de viaje a Islandia. Es un lugar increíble que teníamos muchas ganas de visitar y decidimos lanzarnos a recorrerlo en familia porque D hace bien los viajes largos en coche y ya habíamos estado de vacaciones con tienda de campaña un par de veces.

Luego resultó ser un infierno más problemático y tuvimos bastantes enfados porque ir a un clima frío y lluvioso requiere que, por ejemplo, al entrar en la tienda no te dejes las únicas zapatillas que tienes de cualquier manera porque a la mañana siguiente estarán empapadas, o que tengas especial cuidado de no ir arrastrando la toalla desde la ducha hasta la tienda porque no vas a poder lavar hasta (con suerte) dentro de dos días. Así que una buena cosa antes de ir a Islandia con niños es preguntarse si van a ser capaces de estar pendientes de ciertos detalles como esos. Luego está lo típico: "me aburro", "no quiero comer eso", "quiero hacer X"... y el estar juntos a todas horas sin descanso.

Como hay ya varias personas que nos han preguntado por el viaje porque tienen intención de ir (incluso con churumbeles), he pensado que lo mejor era publicar aquí la experiencia y simplemente ir compartiendo el enlace. Así que aquí va un resumen de nuestra experiencia desde el punto de vista organizativo.

Vuelos

Los cogimos con Icelandair, que eran los únicos directos, por medio de eDreams, que era como nos salía más barato, en enero-febrero para ir en agosto.

Ruta

Como teníamos dos semanas, fuimos siguiendo la carretera 1 que es la que hace toda la circunferencia de la isla. Por todas partes hay formaciones geológicas increíbles, así que cerca de la carretera 1 también. Normalmente hay señales que te indican el desvío a cascadas, miradores y demás. Hicimos el recorrido en el sentido contrario a las agujas del reloj para empezar fuerte (en el sur hay muchas cosas que ver).

Una opción más corta es hacer el "Círculo dorado": mantenerse cerca de la zona de Reykiavik para ver la ciudad y lo que hay en los alrededores (porque por todas partes hay formaciones increíbles).

Carreteras y coches de alquiler

A pesar de que la 1 es la carretera principal, la mayor parte es de un carril por sentido, el firme no es que sea muy suave, y tiene tramos (largos) que están sin asfaltar.

Si con la circunferencia te vale, puedes coger cualquier coche de alquiler que te venga bien. Por lo que digo de los tramos sin asfaltar y porque un volcán puede estar haciendo de las suyas, SIEMPRE hay que coger el seguro frente a ceniza y gravilla, y ya dependiendo de tus preferencias lo complementas o no.

Si tienes interés en algo del interior de la isla, hay que mirar qué carreteras llegan ahí. Cualquiera que empiece con F sólo admite vehículos 4x4.

Alojamiento

Hay varios niveles de comodidad que van subiendo de precio: cámpings, habitaciones con cama (se lleva uno su saco) y habitaciones con sábanas.

Los campings siempre tienen disponibilidad y no hacen reservas. Puedes ir con tienda o con furgoneta/autocaravana. Hay una tarjeta, la campingcard, que pagas una vez y vale para un gran número de cámpings. Sale muy bien de precio, vale la pena considerar esa opción. Aparte del precio del cámping hay que pagar los impuestos (así que aunque lleves la campingcard hay que pagar algo).
  • Cosas que viene bien saber: si tienen zona común para comer (en vez de al aire libre), si tienen cocina (o te tienes que llevar el camping-gaz), si hay lavadora y secadora, o si suele estar a tope de gente.
  • En general NO recomiendo quedarse en el camping de Vík.
  • En los campings cercanos al aeropuerto hay cosas útiles que la gente deja porque no se los van a llevar en el avión: bombonas de gas sin consumir, rollos de papel de cocina, estropajos, comida, etc. Parece un racaneo pero allí todo es carísimo así que vale la pena aprovechar la ocasión.
  • La ducha: en algunos hay que pagar para usar la ducha y en otros no. Las zonas geotermales usan el calor del suelo para calentar el agua y la ducha siempre es calentita (aunque huele fatal). En las que no lo son, va por calentador y por norma general no es tan agradable.
Los albergues y hoteles son escasos, caros y hay que reservar con bastante antelación. No en todas partes hay hotel, así que también hay que tenerlo en cuenta.

Nosotros nos llevamos una tienda de campaña 2" de Decathlon para 3 personas (éramos 2 adultos y 1 niña) y un pequeño refugio 2" por si lo necesitábamos en algún momento. Nos fue muy bien con la tienda a pesar de la lluvia, porque conseguimos montar un sistema para poder recoger y montar sin que se nos mojara todo. El refugio sólo lo usamos un día porque en casi todos los cámpings que estuvimos tenían sala común. Es importante llevar sacos calentitos (al menos para 0º, mejor para -5º).

Otra opción que estaba muy bien eran furgonetas que traen incorporada una zona para dormir en la parte de atrás (también con tu saco). Las hay de diferentes tamaños y tienen varias ventajas: no hay que montar y desmontar, si llueve es menos problemático y en caso de que tengas mucho frío puedes encender la calefacción. A nosotros no nos compensaba por el precio porque ya teníamos la tienda.

Compras

Como digo, todo es muy muy caro. Los supermercados Bonus son los más baratos. El agua del grifo es potable aunque huela mal, no hace falta comprarla.

Wifi

Vas a la naturaleza, no cuentes mucho con él. Nosotros contratamos una tarifa de roaming de voz y datos para poder ir dando el parte a la familia y consultar algo puntual.

Equipación 

Depende en parte de si vas a dormir en tienda, furgo o habitación, pero más o menos:
  • saco de dormir 
  • esterillas/aislantes/colchonetas si duermes en tienda
  • antifaz para que no te despierte la luz si duermes en tienda
  • ropa cómoda de abrigo, mejor si se seca bien: mallas, polares, etc. (no siempre es posible usar la secadora porque la quiere usar todo el mundo)
  • calzado: unas botas de montaña (hay que usarlas antes para que no hagan rozaduras), unas deportivas cómodas, unas chanclas de ducha. Para las botas es recomendable llevar calcetines de montaña, o en todo caso calcetines altos que no hagan arrugas.
  • gorro que tape las orejas, suele hacer un viento frío
  • chubasquero (nosotros llevábamos pantalones y poncho y nos vino muy bien esa combinación para los días lluviosos)
  • útiles para cocinar y comer: ollita, plato, taza, cubiertos (venden kits que están bien), camping-gaz (allí venden más las bombonas de enroscar que las de click), cerillas/encendedor
  • linterna
  • papel de cocina (viene bien para cocinar y también para rellenar las botas si se te mojan por dentro)
  • un par de toallas finas que se sequen rápido por persona
  • batería externa para recargar cámara y teléfono (los enchufes están muy solicitados)
  • cámara de fotos y tarjetas de memoria :)

Más documentación para preparar el viaje

Esto es lo que nosotros hemos usado (compradas las tres en Amazon):
  • Guía de Islandia de Lonely Planet
  • Guía de rutas a pie: "Islandia: Las mejores rutas por la costa y la montaña. 55 excursiones. Tracks de GPS", de Gabriele Handl
  • Islandia, mapa impermeable de carreteras. Escala 1:425.000. Reise Know-How.

Creo que por ahora es suficiente, y que iré ampliando con otros artículos. ¿Hay interés en algún tema particular? Dímelo en los comentarios.